En esta entrada se analizarán las primeras estrofas de la "Sátira filosófica" de Sor Juana donde "arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan". Se señalarán algunas figuras literarias que aparecen en estos versos.
Las primeras estrofas dicen lo siguiente:
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿Por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Los primeros versos son tan conocidos que incluso los podemos encontrar en el billete nacional de 200 pesos. Estos versos abren el poema y muestran ya la tesis que Sor Juana va a defender a lo largo de estas redondillas, a saber: "ustedes, hombres, son los culpables de las diferentes actitudes que tienen las mujeres". Todos los versos van a girar en torno a esta idea. Y, precisamente, la primera figura literaria que podemos señalar en estos versos defiende esta idea. Dicha figura es una pregunta retórica que aparece en los versos 7 y 8: "¿Por qué queréis que obren bien / si las incitáis al mal?" Un cuestionamiento que es más bien un reclamo a manera de pregunta. Además, estos mismo versos encierran una antítesis: "quieren que obren bien pero las incitan al mal".
Y continúan las antítesis:
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia
En estos versos, Sor Juana nos dice, en otras palabras: "cuando insisten a una mujer que no tiene ningún interés en ustedes, y por fin logran que les preste atención, entonces la acusan de ser mujer fácil". Es decir, si no nos hacen caso "son unas apretadas", si nos hacen caso "son unas facilotas".
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Aquí, de entrada, se puede señalar un hipérbaton: "Parecer quiere el denuedo / de vuestro parecer loco" en lugar de "el denuedo, de vuestro parecer loco, quiere parecer..." ¿Qué nos dice la monja jerónima ahora? En su cabeza tonta, quieren verse muy machos pero parecen niños chiquitos que se las dan de valientes. Lo que llama mi atención es que desde entonces ya existía el coco ¡Dios! Y, por su puesto, hay antítesis: se quieren ver valientes pero son unos miedosos.
Continúa:
Continúa:
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
Sor Juana insiste en dejar claro la contradicción que hay en las acciones de los hombres. Insisto en que la antítesis es la figura que predomina en gran parte de los versos de estas redondillas. En estos versos, se señala a los hombres de ser presumidos al querer a una mujer que mientras la conquistemos sea como Thais, una santa, pero en la cama sea una mujer que no se nos resista como Lucrecia, personaje de la antigua Roma que, según dice la leyenda, fue violada por Lucio Tarquinio sin resistirsele pensando ella que aquel era su marido. Así pues, queremos una mujer santa, casta, pura y que en el sexo no se resista, no ponga peros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario